Los colores tienen más influencia en nuestro estado de ánimo de lo que nos parece; la dulzura y efecto relajante de los colores pastel dan buena muestra de ello.
Aunque los tonos pastel suelen ir más asociados a la primavera, así como al verano se asocian colores más vivos, a mí me gustan todo el año y además este verano se llevan mucho los colores pastel, tanto en moda como en decoración.
Basta haber pisado una playa mediterránea o haber surcado sus tranquilas aguas una sola vez, para querer trasladar esa dulce sensación al hogar: la arena, el agua, la suave brisa, los sombreros y las cestas de paja, los sorbetes, los helados de crema…, el verano no es solo un periodo de sol y calor – y color-, también es un periodo de relax para la mayoría de la gente que se toma un descanso laboral durante este periodo.
Si tienes la suerte de tener un jardín que puedas decorar a tu gusto, ¿porqué no hacerlo en relajantes y dulces tonos pastel?, así lo hizo con acierto Moniek Visser en este jardín. Lámparas colgantes de bambú, cestas de bambú, textiles vaporosos de lino o algodón (dejando de lado las clásicas grandes y pesadas toallas de baño) en tonos arena, rosa cuarzo, mint o verde-agua, accesorios de mimbre y plantas como el olivo o las cactáceas (y porqué no, plantas aromáticas como el tomillo, por ejemplo); muebles de madera en tonos claros como la madera de abedul, o de bambú, cerámica natural de formas orgánicas en blanco y/o colores pastel, con recipientes de vidrio verde transparente (y si tienes, también alguna damajuana), que siempre quedan perfectos en este tipo de decoración natural de jardín; reservando un rincón para una ducha exterior como si estuvieras en la playa o la piscina, una ducha que simplemente puedes conectar a la manguera del jardín, sin complicaciones.
La ducha de este jardín resulta ideal, esbelta y minimalista, de cobre brillante, con una escalera de mano de madera lacada en blanco mate haciendo la función de perchero/ toallero… ¿Se puede pedir más? Humm, sí, se puede pedir que no falte una hamaca de tipo macramé, ya sea de árbol a árbol, tipo columpio o una cuna como ésta.
Sea para leer, dormitar y mecerse en una hamaca mientras las cortinas se agitan suavemente, sentir el sonido de las hojas al moverse y de los pájaros, tomar el sol y darse una ducha, o hacer una barbacoa, comer al aire libre y alargar la sobremesa a la sombra de una pérgola… este jardín me parece perfecto para relajarse con la sensación de estar en el mediterráneo. Materiales naturales y tonos pastel dan lugar a un verano dulce y muy relajante.
Fuente imágenes: VT Wonen [Fotografía: Sjoerd Eickmans | Estilismo: Moniek Visser]