En un chalet de madera de 1915 en Oslo, Noruega, viven la pareja formada por Adina y Erik Broady Aasebø y sus dos hijos. Recientemente rehabilitado y decorado, tiene todas las características del diseño escandinavo pero además es fiel reflejo del estilo propio de sus habitantes.
Una vivienda debe ser exclusiva en el sentido de que debe reflejar el estilo de vida, los gustos y la personalidad de sus habitantes, y en esta casa ocurre así. Adina por ejemplo utiliza en gran medida la alimentación como decoración, ya que piensa que pocas cosas resultan tan agradables y bonitas como un buen tazón de pequeños tomates, o nueces, o bayas. Y naturales, yo también lo creo. Además utiliza flores para crear atmósfera y colorido natural en unas superficies blancas y limpias. Sobre las mesas, objetos y floreros bajos, para no interrumpir la visión.
Los grandes clásicos del diseño también contribuyen a hacer de la decoración de esta casa un ambiente exclusivo en cuanto al diseño, como las sillas Swan swivel chair de Arne Jacobsen, en color azul celeste; la Eames Lounge chair del salón, o las inconfundibles Wishbone Chairs de Hans Wegner, o sus réplicas, de la mesa de comedor. Piezas como éstas hacen que no reparemos en la neutralidad del fondo o en los muebles de serie donde los haya, captan toda la atención, y no solo las sillas, también los gigantes cestos de mimbre del salón y el baño, la bañera vintage con patas, y otros detalles como la lámpara del comedor inspirada en el conocido diseño de Poul Henningsen, o el mueble librería hecho a medida.
Imágenes: femina