¿Sabías que una compañía británica ha producido en los últimos años un material tan negro que el ojo humano no puede verlo?; es muy poco conocido aún, se llama Vantablack y es uno de los llamados «nuevos materiales» o «materiales de última generación».
Se trata de un material tan negro que absorbe la luz visible casi en su totalidad (el 99,965 %), un récord mundial. Está compuesto por nanotubos (10.000 veces más delgados que un cabello humano) y cuando la luz lo alcanza, en lugar de rebotar sobre él, queda atrapada y es desviada entre los microscópicos nanotubos. Observar el revestimiento «súper negro» hecho de nanotubos de carbono es una experiencia muy extraña porque es tan oscuro que el ojo humano no puede entender lo que está viendo, así que las formas y los contornos se pierden, y no podemos ver nada más que un abismo, un agujero negro.
Imagina sus aplicaciones en el mundo del diseño… si de por sí el color negro ya logra crear efecto de profundidad, este nuevo negro supone un efecto de profundidad exponencial, abismal. Si pruebas a llevar el contraste del negro al máximo en una fotografía con algún software de retoque fotográfico, podrás ver cómo las formas y superficies que rodean o son adyacentes al negro casi parecen flotar en la nada. El efecto que consigue el Vantablack sería parecido pero en tres dimensiones y a pesar de cualquier textura o volúmen existente. Ya así, como experimento visual, como ilusión óptica, resulta bastante interesante, pero sus aplicaciones tecnológicas lo son aún más: este nuevo material permite calibrar las cámaras astronómicas, telescopios y sistemas de escaneo infrarrojo para que funcionen con mayor eficacia; además conduce el calor siete veces y media más eficazmente que el cobre y tiene diez veces mayor resistencia a la tracción que el acero.

Este material de nanotubos se desarrolló inicialmente por el National Physical Laboratory y, actualmente, Vantablack está siendo desarrollado por la empresa Surrey NanoSystems que hizo la prueba sobre papel de aluminio que ves en la imagen anterior, en la que mostraron cómo, aunque las hojas se arrugasen formando pequeñas colinas y valles, este «paisaje rugoso» desaparecía en el área cubierta por Vantablack. En esta zona solo se veía un agujero negro, como si no hubiese en ella absolutamente nada.
Stephen Westland, profesor de ciencia y tecnología del color en la Universidad de Leeds, dice que el negro tradicional es en realidad un color de luz: _»Muchas personas piensan que el negro es la ausencia de luz. Estoy totalmente en desacuerdo con eso. A menos que se mire a un agujero negro, en realidad nadie ha visto nunca algo que no tenga luz». «Estos nuevos materiales son mucho más negros, tanto como podemos conseguir, son lo más parecido que podamos imaginar a un agujero negro.»_
De utilizarlo en un vestido, aparte de encarecerlo muchísimo, el vestido perdería cualquier característica (costuras, pliegues, volúmenes) y se vería muy extraño, como si las extremidades del modelo flotaran alrededor de un agujero negro de forma irregular. De utilizarlo por ejemplo sobre una pared, las ilusiones ópticas que dan efecto de profundidad aumentarían el efecto.

Puede que un año no tan lejano, Vantablack se convierta en algo asequible y accesible a todos; al fin y al cabo hoy utilizamos a diario dispositivos que no hace ni veinte años eran un privilegio de unos pocos, la tecnología avanza a pasos agigantados. Le seguiremos la pista, aunque nuestros ojos «no puedan verlo».