Siguiendo con la temática de espacios pequeños, creo que es muy interesante la reforma que trae hoy la revista micasa, una buena fuente de inspiración, sobre la transformación a un luminoso y agradable pequeño apartamento de estilo country chic, -situado en el céntrico barrio de Argüelles en Madrid-, conseguido a partir de un antiguo oscuro ático de 50m², con interiorismo low-cost.
La nueva distribución del piso se basa en dos áreas diferenciadas para el día y la noche. Antes de la reforma, los techos bajos y ambientes oscuros de un ático con pocas ventanas y algún tragaluz, hacían que sus 50m² parecieran menos, en cambio después de la reforma, nadie diría que solo tiene 50m².
Según explican en la revista, el estado anterior a la reforma escondía agradables sorpresas, ya que el picado del yeso descubrió el techo que era más alto, a dos aguas y sustentado por un entramado de vigas que se pintarían de blanco como el pavimento, que da continuidad a los espacios, y también hizo visibles los muros de ladrillo, con pilares y vigas de madera, elementos que se sanearon y reforzaron en un resultado que fusiona los estilos industrial, loft y shabby chic.
Aunque el color dominante es el blanco, que favorece la luminosidad y sensación de amplitud en los espacios reducidos que cuentan con poca luz natural, las pinceladas de color adicionales en fucsia, verde, rojo, ciruela o azul aportan alegría y el negro marca los contrastes. La explosión de color la protagonizan el impacto visual que producen las sillas fucsia y la alfombra verde que acompañan la mesa comedor, así como los accesorios de motivos florales como la pantalla floral de la lámpara de pie, los cojines y el jarrón con mariposas, de Zara Home. La mesa blanca, los jarrones rojos, la mecedora y el puf de la sala, son de Ikea, así como la cocina, sus taburetes y lámparas y otros muebles de la casa como mesitas y cajoneras, muebles y accesorios low-cost combinados con otros de diseño de autor como la mesa auxiliar Sultan de la firma francesa Ibride o la puerta diseñada por la interiorista del proyecto, Susana Sendín.
La península de la cocina separa el área de cocina del área del comedor y ofrece una superficie de gran utilidad como encimera, almacenaje y barra de desayunos.
Con el altillo se consigue ganar metros al ático. Debajo del altillo, se ubica el baño, en éste, el lavabo y el mueble de Leroy Merlin, y como en el resto del apartamento, el efecto desgastado del marco de madera del espejo, acompaña otros detalles eco y reciclados. La utilización de varios espejos en el apartamento también ayuda a ampliar visualmente el espacio.
Queda demostrado una vez más que las buenas reformas hacen grandes los espacios pequeños.
Fuente, imágenes e información adicional: Micasarevista