Pantone nos sorprendió el año pasado con la elección del color Orquídea Radiante como Color del año 2014, y este año ha vuelto a sorprender con Marsala [Pantone 18-1438 TCX], el anunciado esta semana como Color del año 2015, un color que veremos mucho este 2015 tanto en moda como en decoración.
Digo que nos ha sorprendido porque, por las declaraciones de distintas firmas de textil y pinturas, parecía que el color del nuevo año podía ser un azul intenso o un verde claro; aunque, como el azul y el verde, se trata de un color muy presente en la naturaleza.
Ya lo decía nuestro Antonio Gaudí: ”El gran libro siempre abierto y que hay que hacer el esfuerzo de leer es el de la Naturaleza; los otros libros han sido extraídos de éste, y además contienen las equivocaciones y las interpretaciones de los hombres”.
Para mí Marsala representa sobre todo el color de la tierra, la tierra rojiza, especialmente presente en grandes extensiones desérticas como las que han servido y sirven de escenario al celuloide en el rodaje de películas del Oeste, me refiero a las extensiones de tierra del sudoeste de EE.UU., como es el caso del desierto de Arizona (foto de portada: Monument Valley, Arizona, EE.UU.) y Utah.
Cuando brilla el sol, el color de la tierra roja, que en el desierto de Arizona algunos nativos llaman «la sangre de la tierra viva», se ve más anaranjado, pero al caer la tarde, cuando la luz es más tenue, un rojo desaturado como el Marsala tiñe las llanuras desérticas.
Marsala es el color de la luna en eclipse lunar, de las hojas secas, del vino tinto, de diversos frutos de la tierra… y de la propia tierra.
El color Marsala está entre los diez colores que componen la paleta de colores Pantone para la primavera 2015, que fue anunciada con antelación; el noveno color de esta paleta, más oscuro que el resto, aporta personalidad y sobre todo contraste. En otoño-invierno es un color ideal: cálido, otoñal, fácilmente combinable con otras tonalidades.
Pantone, concretamente la directora ejecutiva de Pantone Color Institute, Leatrice Eiseman, ha presentado el color Marsala como un rojo vino naturalmente robusto y terroso destinado a enriquecer mente, cuerpo y alma. Además ha dicho que Marsala encarna la satisfacción de la buena comida, como el buen vino, mientras que el color marrón rojizo de las raíces, de la tierra, emana una terrosidad natural y elegante, y que Marsala es un tono cordial y elegante, universalmente atractivo, fácilmente traducible a la moda, la belleza, el diseño industrial, los muebles y la decoración de interiores.