Grecia es un destino turístico mediterráneo muy popular desde hace décadas y no es para menos: su color y sus paisajes de ensueño atraen a visitantes de todo el mundo, como sus hoteles con encanto, sus hermosos patios y balcones, y los característicos molinos de viento que le dan tanto carisma.
Quienes han pisado alguna vez sus playas, nadado en sus aguas o recorrido sus calles, dicen que no hay descripción fotográfica que haga justicia a las islas griegas, aunque las imágenes a mí me parecen espectaculares, será porque aún no he estado allí. Además de la luz mediterránea, que tal y como decía Gaudí es la luz perfecta [«La luz que alcanza la máxima armonía es la inclinada a 45º, la cual no incide sobre los cuerpos ni perpendicularmente ni horizontalmente; esta luz, que es la luz media, ofrece la más perfecta visión de los cuerpos y la valoración más matizada. Esta luz es la mediterránea”], como telón de fondo a su arquitectura están los paisajes griegos, sus aguas turquesa, su cielo azul, y lo que se percibe con otros sentidos: su olor a mar, su clima suave y soleado… Entre las terrazas y los patios griegos se puede encontrar una gran variedad de diseños entre los estilos rústico romántico y los más modernos, siempre con algunas características inconfundibles de la arquitectura cicládica tradicional, como es el color blanco y los cantos redondeados, y los molinos de viento están entre los elementos más carismáticos de las islas cicladas.
En Grecia hay molinos por todas partes, y por supuesto también en Santorini, una de sus islas más espectaculares, donde en el pueblo de Firostefani se encuentra este hotel de cinco estrellas que se caracteriza por su singularidad y al mismo tiempo por la sencillez decorativa de sus interiores: Mill Houses Elegant Suites, para quedarse a vivir ¡y soñar despierto!.
Imágenes: Mill Houses