Los jardines verticales, o muros verdes naturales, forman parte de la faceta más ecológica de la arquitectura y el diseño de interiores, presente en muchos de los proyectos arquitectónicos y de interiorismo que se realizan en la actualidad.
Jardines verticales en diseño de interiores
Más allá de su atractivo visual, los jardines verticales actúan como agentes medioambientales eficaces, aportan una dosis muy saludable de vida natural y oxígeno, ya que filtran el polvo y otras partículas contaminantes, mejorando la calidad del aire y su humectación, y son una ayuda extra a la climatización, reduciendo así el consumo energético y actuando como un sistema de refrigeración natural. Además, cuando se instalan en grandes superficies, suponen una considerable amortización del ruido.
Los jardines verticales se convierten frecuentemente en el centro de atención visual allí donde se colocan -salones, áreas de descanso de edificios públicos, patios interiores, recibidores, etc.-, y hoy en día cuentan con una tecnología que los hace prácticamente autosuficientes.
Paludarios
La palabra Paludario proviene del latín Palud (laguna), es una instalación especializada capaz de albergar en su interior diferentes especies de plantas y organismos provenientes del medio palustre, proyectados y construidos de manera que su diseño consiga un impactante efecto estético basado en la circulación del agua.
Tras este concepto hay un mundo de posibilidades en decoración a base de plantas de interior.
Un muro vegetal es básicamente un gran cultivo hidropónico, ya que las plantas realmente no necesitan tierra, solo minerales, luz, y dióxido de carbono. El prototipo básico de un Paludario® está formado por tres elementos principales: una estructura metálica, una lámina plástica aislante trasera, y una capa de fibra Paludario. El resultado es un mural que recrea un sistema viviente semejante al que podemos encontrar en la naturaleza, y en las paredes húmedas de muchos acantilados.
El diseño de un Paludario®se basa en principios ecológicos y para ello utilizan un sistema de riego desde su parte superior. Las plantas reciben los nutrientes que arrastra el agua en su descenso, y el abono para lograr un crecimiento armonioso. Las plantas utilizadas son muy resistentes, por lo que el objetivo no es reemplazarlas sino mantenerlas, para lo cual se lleva a cabo una limpieza a fondo tres o cuatro veces al año.
En una sociedad cada vez más urbana y nómada, el mantenimiento de las plantas de interior cada vez se hace más difícil. A muchas personas nos gusta tener en casa plantas sanas y bonitas, pero para poder cuidarlas en la mayoría de los casos es necesario una dedicación constante que a menudo nos resulta imposible por viajes, trabajo y distintos motivos. Los paludarios resuelven este problema creciente, ya que apenas necesitan mantenimiento. Son como un pequeño microclima que reproduce a escala un trocito de naturaleza salvaje ‘trasplantada’ a una vitrina y adaptada para que pueda vivir en interiores. En su composición encontramos plantas de tipo tropical, helechos y algunas plantas de interior con flores como las orquídeas, y además algunos elementos de tipo acuático como pequeñas cascadas o estanques, con raíces fósiles cubiertas de musgo; incluso podemos incluir anfibios.
Un Paludario® para anfibios emula los procesos naturales de las lluvias tropicales y el ambiente de humedad en saturación en un circuito cerrado de agua en recirculación que permite que ésta caiga del medio terrestre al medio acuático. Los musgos y helechos que cubren los materiales de soporte del medio, se empapan de agua y gotean, formando pequeños manantiales que emanan de los intersticios de las rocas y la vegetación. Así, el medio acuático y el medio terrestre se funden en un espectáculo de luz, sonido y movimiento que imita los procesos naturales de las selvas húmedas neo-tropicales.
Paludario® es un producto registrado bajo patente de la empresa Producciones Artísticas de la Naturaleza S.L.
El afán de un creador de Paludario® es conseguir un auténtico cuadro vivo en 3D, una obra de arte dinámica que estimule al observador y se deje cautivar por una recreación de la naturaleza en su propia casa.
En el Cuaderno de Campo y Taller de Ángel Febrero, quién instaló su primer Paludario® en 1991 y ha cedido las imágenes de los paludarios que ilustran este artículo, puedes solicitar/encontrar más información sobre este mundo natural.