El Feng-Shui es un antiguo arte chino, y una técnica desarrollada en China a lo largo de 3.000 años, según el cual la casa donde vivimos y los muebles de cada estancia, es decir todo lo que nos rodea, afecta a nuestra salud, felicidad, y prosperidad. Los extraordinarios efectos positivos del Feng-Shui en nuestras vidas hacen que gane cada día más adeptos en el mundo occidental.
Se trata de un complejo cuerpo de conocimientos que revela la forma de equilibrar las energías de un espacio dado, para asegurar la salud y la buena estrella de las personas que lo habitan.
Feng significa viento y Shui significa agua. En la cultura china el viento y el agua se asocian con la buena salud, por lo tanto un buen Feng-Shui viene a significar buena suerte, mientras que un mal Feng-Shui significa mala suerte, o desgracia.
El Feng-Shui se basa en la visión taoísta y la comprensión de la naturaleza, sobre todo en 3 principios fundamentales:
- La tierra está viva y llena de Chi, o energía,
- Todo está relacionado entre sí gracias al Chi, y
- El Chi de todas las cosas siempre cambia.
Éstos son los tres principios de la filosofía del Feng-Shui. Los antiguos chinos creían que la energía de la tierra bien podría hacer el reino, o destruirlo, por así decir.
Las teorías del yin y el yang, así como los cinco elementos del Feng-Shui, son algunos de los aspectos básicos de un análisis de este arte milenario que proviene del taoísmo.
La esencia del Feng-Shui consiste en hacer simple lo complejo, y hacer destacar lo importante sobre lo superfluo. Es la ciencia que puede atraer a nuestras vidas las mejoras que deseamos, con sólo conocer y practicar unos pocos principios, para iniciar el proceso de mejora.